Los grandes carnívoros, además de cumplir importantes roles ecológicos en los ecosistemas que habitan, se convierten en símbolos alrededor de los cuales la cultura se manifiesta. El yaguareté ha moldeado no sólo el paisaje sino también la tradición ibereña. Y su vuelta significa el regreso de un símbolo que es sinónimo de bravura y orgullo, con el cual los correntinos se identifican.
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